ARTE MEDIEVAL


EL  ROMÁNICO



Contexto histórico 

Luego de  la caída del Imperio Romano de Occidente como consecuencia de las invasiones germánicas (siglo V) hasta el siglo X, Europa atraviesa una época de profunda inestabilidad. El orden social y político romano, junto al arte, la cultura y la ciencia se ven gravemente dañados. Los desplazamientos masivos de pobladores, las grandes invasiones (siglos IX y X) de vikingos, hunos y musulmanes y las guerras , dejan a Europa, en una situación de debilidad social. Las pestes, el hambre y las guerras de la época parecen anunciar el fin del mundo, justificando el terror milenario que el hombre medieval siente durante las últimas décadas del siglo X.Tras el cambio de milenio renace el optimismo. No sólo la vida continúa, sino que muestra una cara más amable, al mejorar las técnicas productivas y agrícolas, se inventa la herradura, el arado con ruedas y vertederas, y se comienza a usar la fuerza hidráulica para mover los molinos. Estos avances influyen en un importante aumento de la población.
En el plano militar, los grandes desplazamientos invasores se detienen al convertirse al cristianismo a húngaros y normandos, mientras que la amenaza musulmana es frenada en España.
Sin embargo, el empuje decisivo para el resurgir del continente lo constituye la unificación y exaltación espiritual de Europa bajo la bandera de la fe y el ideal cristiano. La intensidad religiosa de la época permite unir, en lo moral, estados y territorios que en lo político y geográfico se encuentran muy alejados.
Los monasterios, que en la Alta Edad Media tienen una influencia muy localizada, comienzan ahora a desarrollarse por todas partes, impulsados, sobre todo, por la poderosa Orden de Cluny. Las peregrinaciones a Roma, Jerusalén y principalmente a Santiago de Compostela, y el movimiento guerrero-religioso de las Cruzadas impulsan el intercambio de conocimientos, culturas y formas de vida entre europeos, y entre éstos y el Islam.
El  resurgimiento espiritual, social, económico y demográfico se produce en la época del  románico. Toda Europa se ve envuelta en una fiebre constructiva sin precedentes. Al principio las obras afectan principalmente a las catedrales de las ciudades más influyentes o situadas en las rutas de peregrinación y a los poderosos monasterios. Pero poco a poco el estilo se extiende de tal modo que, a la llegada de la Baja Edad Media, no quedó pueblo o aldea sin su templo levantado en el nuevo estilo.
Comienza, por tanto, la era del primer arte europeo y del primer arte verdaderamente cristiano. Un estilo que integra formas arquitectónicas, esculturales y pictóricas en un plano de trascendencia espiritual, en que se emplea el lenguaje simbólico para comunicar sentimientos e ideas de elevada dimensión.

El románico es el periodo que comprende toda la producción artística de Europa Occidental durante los siglos XI y XII, una vez superada las épocas de las invasiones bárbaras .Durante este periodo y hasta el siglo XV, el régimen feudal es la organización social, política y económica de la Europa occidental. El Imperio Romano se caracterizaba por un régimen centralizado y la existencia de un derecho común para todo el territorio, el feudalismo rompe esta unidad, acarreando un fraccionamiento territorial y político y la existencia de numerosas costumbres y leyes de ascendencia germánica. El origen del feudalismo arranca de la fusión de dos instituciones germanas:  el Beneficio o la cesión vitalicia de tierras a los soldados y el Vasallaje o juramento de fidelidad de las bandas guerreras germanas ante su caudillo, ofreciéndoles sus servicios y su persona.
En la Edad Media, los nobles y los altos dignatarios del clero recibían del rey, en recompensa de los beneficios prestados, extensos territorios como donaciones o feudos, con la obligación de prestarle la ayuda militar.  Así resultaban los señores feudales, que aunque reciben sólo el usufructo de las tierras o feudos, en la práctica ejercen la soberanía en sus dominios, implantando leyes, administrando justicia y manteniendo verdaderas huestes guerreras en apoyo de sus derechos.  La donación en principio es vitalicia, pero pronto se convierte en hereditaria. La sociedad feudal tiene una organización rígida en jerarquías. Esta concepción piramidal de la sociedad viene reflejada en las instituciones del medioevo.  El emperador o el rey ocupan el vértice y es el verdadero señor de los señores.  A continuación vienen los grandes señores, tanto del orden secular como del clero -los marqueses, condes, duques, obispos, abades-, que tienen recibidos del señor, el rey, extensos feudos, en calidad de vasallos, con la obligación de prestarle ayuda y consejo en determinadas circunstancias.  Los señores feudales, a su vez, podían ceder parte de sus territorio a otros vasallos, de nobleza secundaria: barones, caballeros, hidalgos..; estos feudatarios hacían lo propio, y así se llegaba, en una escala descendiente, a los villanos y siervos, que cultivaban las tierras, “vasallos de todos y señores de nadie”. 

El año 1000 fue una época de transformaciones sociales, políticas y económicas, pues cuando parecía que el mundo se había estabilizado ocurrieron las invasiones tardías de los normandos, la piratería sarracena y el movimiento eslavo, que hicieron que los cimientos establecidos y afirmados en la época carolingia, se trocaran por un periodo de inseguridad. Por otra parte y en lo espiritual, el misticismo llegó a convertirse en un símbolo de terror y así, ese año 1000 fue esperado, como el fin del mundo; de aquí que el libro bíblico más admirado y a la vez más combatido fuera el Apocalipsis de San Juan.  Cuando la crisis de la fecha hubo pasado, la fe se reafirmó en esos hombres del medioevo y por medio de la plástica se buscó darle forma a lo que el evangelista había interpretado.  La vida diaria fue enfocada por esta sociedad hacia la religión, y el mundo del más allá tuvo mayor importancia que cualquier otro aspecto humano. 
Ideología.  En esta época, la Iglesia estará movida por dos grandes resortes:  el ascetismo y la jerarquía eclesiástica.  Ascetismo.  Orígenes del Monaquismo.-  En las regiones de Siria y en torno al Nilo se produjo la aparición del ascetismo cristiano.  El ideal de perfección podían conseguirlo los monjes, bien retirándose a la vida contemplativa en zonas desérticas llevando un régimen común bajo la obediencia del superior, el abad.  Los primeros eran los anacoretas o eremitas (eremos = desierto), los segundos eran los cenobitas o monjes que formaban los grandes monasterios. San Benito fundó en el siglo VI el monasterio de Monte Casino Su Regla -la Regla Benedictina- sirvió de canon a los monjes del medioevo; o repartiendo el tiempo entre las actividades manuales, intelectuales, y contemplativas, no dejando resquicio a la ociosidad ni a la pereza del religioso.  Los monjes prestaron a la Iglesia y a la sociedad grandes servicios por su labor evangelizadora y cultural.  Después  La vida monástica es algo esencial al medioevo.

Las Ordenes de Cluny y del Císter A lo largo de los siglos, el monaquismo sufre alternativamente periodos de fervor y de decadencia, dando lugar a la aparición de órdenes nuevas que reforman las costumbres relajadas o debilitadas del clero y de los fieles.  Las principales órdenes, de la rama benedictina, que realizan en los siglos X y XII la reforma de la vida monástica, fueron la de los Cluniacenses, conocidos también por monjes negros por el color de su hábito, y la de los Cistercienses o monjes blancos. La forma monástica de vida exigió el retiro del cristiano al campo, como una evasión del mundanal ruido.  El monje concebía su vida terrena como un escalón para la vida en el más allá, y por esa causa, para vivir se necesitaba sólo lo más indispensable.  La ausencia verdadera del lujo material hizo que se produjera una rica vida interior y del páramo del aislamiento rural nació en una forma casi milagrosa, un movimiento artístico importante.  Pobreza, castidad y humildad se tornaron las virtudes más señaladas como resultado de impulsos morales, más que estéticos, pero la intensa severidad de la vida monástica estimuló la experiencia imaginativa, y la autonegación del individuo estimuló el florecimiento de los intereses comunales. Ambas órdenes, contribuyen poderosamente al predominio del papado y al desarrollo y difusión del arte románico y del arte gótico a través de Europa.
La actitud de alejamiento del mundo halló su expresión arquitectónica en los sencillos exteriores y ricos interiores de las iglesias monásticas.  Por esa causa, el efecto neto del ascetismo fue intensificar el fervor del espíritu y expresarlo con gran intensidad. Como consecuencia, las artes no buscaban reflejar el mundo natural o decorar la morada de un gobernante terreno.    En todo el periodo románico prevaleció una estricta estructura jerárquica de la sociedad, que era tan rígida dentro de los monasterios como el feudalismo lo era fuera de los claustros.  El pensamiento de esa época se basaba en la suposición de un orden establecido por mandato divino en el universo, y la Iglesia estaba revestida con la autoridad suficiente para interpretarlo.  
La majestuosa figura de Cristo en majestad tallada en los portales de las iglesias abaciales cluniacenses, proclamaba aquel concepto a todo el mundo.  Cristo no era ya el Buen Pastor de comienzos del cristianismo, sino un rey poderoso coronado y entronizado, en medio de su corte celestial, sentado para juzgar a todo el mundo.  Las llaves de su reino celestial, estaban firmemente en manos de San Pedro, el primero de los papas, según la tradición romana.  La autoridad pontificia tuvo en este Pantocrátor un magnífico aliado, pues quedará claro que es la Iglesia la que puede perdonar o condenar al hombre.  El papado de los días del medioevo siempre encontró su apoyo más potente en la orden cluniacense, y gracias a ella pudo con fortuna establecer una teocracia absoluta basada en una autoridad de origen divino.


ARTE  ROMÁNICO



Es un arte esencialmente religioso que se originó de dos fuerzas que primeramente chocaron y más tarde se aunaron en una misma idea: por una parte el cristianismo romano y por otra las tribus bárbaras.  
Al extenderse al norte la influencia cristiana romana, se topó con el espíritu y la energía agitada e inquieta de las tribus bárbaras primitivas.  El románico constituye un nuevo comienzo del arte occidental.  Reúne las distintas tendencias de la temprana Edad Media y encuentra, a partir de una fuerza interna, un lenguaje propio y penetrante en todos los dominios.  Sin embargo, su estilo es aún multiforme, conglomerado de numerosos componentes regionales, y refleja de este modo la desmembración política de los países, que a partir de ahora comenzaran a marchar lentamente hacia la unificación.  
 Los rasgos característicos del Románico sólo se deducen de la visión de conjunto de sus diversas manifestaciones locales. En la construcción de este edificio participan todos los géneros artísticos, pero el puesto principal lo ocupa la arquitectura, a cuyo servicio se subordinan todas las otras artes. La arquitectura pone ahora el acento en la estructura externa, que en el arte paleocristiano era considerada generalmente como caparazón o envoltura exterior, exenta de adornos. El tema primordial en la imaginería, que gira en torno a la Redención del hombre, lo constituye ahora con mayor frecuencia el Juicio Final.  Junto a los seres divinos y los santos, el mundo de figuras comprende también hombres y animales y, finalmente, una complicada multitud de demonios.  Estas reproducciones del Mal no sólo deben señalar al creyente el poder del diablo, sino también proteger al santo edificio, por una magia exorcizante, del ataque de los poderes malignos
La iglesia románica
Iglesias y monasterios son los edificios característicos del románico. Sobre finales del siglo XII, con el aumento de la importancia de las ciudades, sobre todo de las que se encuentran en las rutas de peregrinación, el románico llega a éstas, y en algunos casos la iglesia se transforma en catedral.
El carácter simbólico de este estilo es tan importante, que en el periodo de auge del estilo, la mayoría de los elementos arquitectónicos y escultóricos se concebían con su propio simbolismo. Así, por ejemplo, encontramos que la planta de la inmensa mayoría de las iglesias, tiene una orientación cardinal invariable de oeste a este. De tal manera que el altar, situado, en la cabecera del templo, mira hacia levante. El simbolismo que subyace en tal disposición se basa en que en el Altar se encuentra Cristo, y Cristo es la luz del mundo.
Las bóvedas de medio cañón o cuarto de esfera de los templos simbolizaban la bóveda celestial, y es frecuente encontrar en las puertas del templo figuras de leones u otros animales fantásticos en enjutas, tímpanos y capiteles que simbolizan los guardianes del templo, el lugar sagrado.
Como consecuencia, una iglesia románica es una construcción de volúmenes contundentes, sobrios y equilibrados. Las formas que prevalecen son el semicírculo (arquivoltas y bóvedas de cañón) y el ángulo recto (naves, torres, etc.). La severidad de sus muros pétreos, anchos y poderosos para permitir una gran pervivencia de la construcción, se anima con escultura figurativa de increíble imaginación, concebida para enseñar y conmover.


ARQUITECTURA ROMÁNICA

El arte arquitectónico de Europa se renovó profundamente durante los siglos XI y XII gracias a una continua elaboración de nuevas formas (sistemas constructivos) y a nuevos propósitos (cambio en estructuras sociales, políticas y de valores). El lugar principal de la creación artística del Románico lo ocupa la arquitectura eclesiástica. La arquitectura profana no posee aún independencia estilística.  En el edificio sagrado es donde cristalizan con mayor pureza las aspiraciones de la época, y a él se subordinan también las artes figurativas, de las que se sirve. La casa de Dios del románico no sólo debía acoger a una gran comunidad, sino también al numeroso clero, pero, aparte de eso, debía tener además en cuenta las exigencias del culto a las reliquias y las peregrinaciones.  Debe transmitir el contenido del mensaje cristiano de la Salvación y presentar como totalidad objetiva y visible a los ojos del creyente, la imagen de la “Jerusalén celeste”, el símbolo del reino de Dios.



Elementos Arquitectónicos
Las plantas románicas más frecuentes son:
  1. Planta de Cruz Latina, compuesta de dos brazos, un longitudinal, más alargado, y otro transversal.



La planta de Cruz Latina tiene dos brazos, uno longitudinal y otro transversal llamado transepto. Donde se cruza la nave central y el transepto, se llama crucero, que suele realzarse con una cúpulaL La nave central suele terminar formando un ábside de forma semicircular, en la cabecera, donde pueden colocarse nuevas capillas también semicirculares, llamados absidiolosY la girola o deambulatorio, que es la prolongación de las naves laterales sobre la nave central por detrás de la capilla mayor.
El crucero suele realzarse con una cúpula  (se denomina crucero al espacio definido por la intersección de la  nave principal y la transversal o transepto)  Este espacio se  cubre con una cúpula , que se sustenta en los arcos


  1. Planta Basilical de tres o cinco naves (forma rectangular),  y crucero de brazos salientes de influencia romana



Arcos (del latín arcus, es el elemento constructivo "lineal" de forma curvada, que salva el espacio entre dos pilares o muros) Está compuesto por piezas llamadas dovelas, y puede adoptar formas curvas diversas. Estructuralmente un arco funciona como un conjunto que transmite las cargas, ya sean propias o provenientes de otros elementos, hasta los muros o pilares que lo soportan. Por su propia morfología las dovelas están sometidas a esfuerzos de compresión, fundamentalmente, pero transmiten empujes horizontales en los puntos de apoyo, hacia el exterior, de forma que tiende a provocar la separación de éstos. Se suelen adosar otros arcos, para equilibrarlos, muros de suficiente masa en los extremos, o un sistema de arriostramiento mediante contrafuertes o arbotantes.( es un elemento estructural exterior con forma de medio arco que recoge la presión en el arranque de la bóveda y la transmite a un contrafuerte o estribo, adosado al muro de una nave lateral.) 

El arco más utilizados en la arquitectura románica es el arco de medio punto o semicircular.
La bóveda es un elemento constructivo semicilíndrico que soporta el peso de la cubierta, generalmente realizada en piedra. Podría decirse que se trata de una sucesión de arcos de medio punto


Bóveda

La bóveda más utilizada en el románico es la llamada bóveda de cañón.



El uso de esta bóveda semicilíndrica resuelve un problema como el de evitar los incendios, pero añade otro para los constructores de templos y monasterios: el arco de medio punto, empleado en la construcción ejerce una gran presión o empuje sobre los muros, llegando a agrietarlos o derrumbarlos. Para solucionar este problema recurrieron a diversos procedimientos, añadiendo a sus edificaciones:
  • Gruesos contrafuertes adosados al muro por el exterior.
  • Entre dos arcos de medio punto colocaron otros arcos intermedios, adosados a la bóveda, llamados arcos fajones.
Aristas transversales encontradas en un punto central. La bóveda se convierte en una sucesión de bóvedas de cañon que se intersectan. Por eso recibe el nombre de bóveda de arista




VOCABULARIO
La girola o deambulatorio: Es la prolongación de las naves laterales sobre la nave central por detrás de la capilla mayor.

Los pilares cruciformes son otro elemento de soporte característico del románico, con columnas adosadas en sus frentes, aunque también emplearon columnas de fuste liso o estriado, con un diámetro desproporcionado con respecto a la altura.
Los capiteles, son el remate de pilares y columnas y están decorados con elementos vegetales, geométricos y figurativos.
El rosetón, comienza a aparecer en los siglo XII y XIII aunque es más propio y característico del gótico.
Arquivoltas de medio punto. Decoradas con motivos geométricos
Tímpano decorado ("libro de piedra": carácter narrativo de los relieves)
Mandorla (en forma de almendra que alberga la imagen de Jesús)
Pantocrátor (representación de Cristo como Juez Supremo)
Tetramorfos (A los lados del Pantocrátor, y simétricos, se representan los símbolos de los cuatro evangelistas):mateo: un ángelm, Marcos: un león, Lucas: un toro,Juan: un águila
Muros.   Para sostener el empuje de las bóvedas se valen de macizos muros, sin apenas huecos o ventanas, reforzados en su exterior por bandas verticales, llamadas estribos o lombardas, que sirven como contrafuertes y como elementos decorativos de las fachadas laterales.  Los contrafuertes exteriores construyéndose cada vez más robustos.
Sostén.  El pilar fue vital como elemento de sostén pues ante la pesadez de la techumbre, la columna se convertía en elemento inservible, aunque en algunas ocasiones eran adosadas en los cuatro lados del pilar, dando lugar al pilar cruciforme.
Torres.  Las torres fueron parte esencial de esta arquitectura, estarán adosadas a los muros de la iglesia o bien separadas según la escuela y también dependiendo de ésta, pueden ser cuadradas, circulares o cilíndricas. La decoración en el románico estuvo destinada en especial para los capiteles y los pórticos y la escultura sobresalió como arte decorativo y supeditado a la arquitectura, tanto en el capitel, como en los tímpanos de las puertas. La arquitectura románica, el dórico del arte cristiano, es severa, grave y pesada; dará una sensación de robustez y austeridad
La  oscuridad que fue elemento esencial y aliado de este arte, produce la impresión de profunda religiosidad en un ambiente recoleto y misterioso.  A pesar de las esbeltas torres y de las airosas linternas produce sensación de pesadez, dominando el sentido de horizontalidad y los macizos sobre los vanos.  

PINTURA Y ESCULTURA ROMÁNICA

Tanto pintura como escultura fueron lenguajes complementarios de la arquitectura. Por medio de ellos se cumplían dos funciones: decorar e instruir, una estética y otra didáctica. En un mundo colmado de analfabetos, la imagen cumple un rol narrativo básico: es la manera como se transmiten las enseñanzas de la iglesia. A través de un programa iconográfico de fuerte simbolismo y de rápida comprensión por parte de los destinatarios de estas imágenes, la religión se servía de las posibilidades de adoctrinamiento visual que significaban pintura y escultura.

Por primera vez desde la antigüedad aparece la escultura como elemento arquitectónico monumental.  La escultura románica siempre fue parte integral del diseño arquitectónico, y por ello es inseparable del conjunto.  Paredes, cielos rasos, portales, columnas y capiteles no fueron simples elementos esculturales mudos; fueron los sitios en donde las imágenes talladas comunicaban su mensaje y tenían un significado.

La escultura 
Se subordina absolutamente a la arquitectura. El relieve es dominante, a predomina la geometrización y la frontalidad, carecen de perspectiva y los relieves suelen estar policromados. La representación se adapta a la superficie a cubrir (las figuras se pliegan o tuercen, se estiran o reducen según el espacio arquitectónico) y se concentra principalmente en capiteles y fachadas. No es naturalista, ya que como dijimos prima el simbolismo, pero es de fácil comprensión, indicando a los fieles cuál es el camino a seguir para lograr la salvación.
Los tímpanos de los pórticos de las iglesias, repiten con frecuencia la figura del Pantocrátor (Dios todopoderoso, o Cristo Juez) y/o escenas del Juicio Final, recibiendo a los visitantes con un recordatorio de la vuelta de Cristo a la tierra y del juicio que realizará a vivos y muertos.






Las esculturas románicas adornan con frecuencia las portadas o pórticos de las iglesias.  La portada del románico está formada por una serie de arcos concéntricos (arquivoltas) que forman un conjunto abocinado y se apoyan en columnas o jambas decoradas a veces con estatuas adosadas.  Encima de la puerta, entre el arco menor de la arquivolta y el dintel, queda un espacio semicircular denominado el tímpano, donde suele encontrarse el motivo decorativo más importante del románico. 

El tímpano se llena con al escultura del Pantocrátor o Dios Todopoderoso, encerrado en una aureola ovalada en forma de almendra llamada mandorla.  En su torno se coloca el tetramorfos, o sea los cuatro animales 
simbólicos de los Evangelistas o bien los 24 ancianos del Apocalpisis.  Otras veces en el tímpano se representan escenas del juicio final, de la venida del Espíritu Santo, la Asunción, o simplemente las iniciales de Cristo, el Crismón y el Cordero místico.

PANTOCRATOR




La decoración salta a menudo del tímpano y de las arquivoltas invadiendo la fachada principal, como ocurre en Santa María de Ripoll.Parte importante en la esculturas son la iconología y la iconografía, existe una verdadera obsesión escatológica y la sociedad recibe el mensaje divino por medio de la figura humana.  Toda esta obra es cristológica y los demás temas rondan alrededor del Pantocrátor o Cristo en majestad, el cual la mayoría de las veces está sentado con la mano levantada administrando justicia a réprobos y bienaventurados.  El Cristo crucificado es rígido, coronado como rey, los ojos como si estuvieran ante una visión apocalíptica. La Madre sirve al Hijo de trono y los santos se agolpan ante la figura del Cristo de justicia.  También son vitales las figuras del tetramorfo, el Aguila de San Juan, el Angel de San Mateo, el Toro de Lucas y el León de San Marcos rodean al mayestático poder.
En la escultura románica, lo más importante será el simbolismo y según se fue acercando hacia el gótico, la figura humana ocupará un papel predominante. La escultura románica es una escultura abstracta, convencional, antinaturalista; la figura humana aparece esquematizada, espiritualizada, envuelta en ropajes de pliegues simétricos y paralelos.   Al hombre románico no le fueron útiles las proporciones racionales, y consideró imposible comprender a Dios intelectualmente, Dios tenía que se captado por la fe y no abarcado por el espíritu.  Sólo por el ojo intuitivo de la fe podía ser captada su esencia.  De ahí que tenía que ser representado simbólicamente, pues un símbolo podía sugerir algo intangible en forma mucho mejor que una representación literal.  La materia física visible era secundaria y el alma, lo primario, pero esta última podía ser mostrada sólo en el reino de la imaginación.
El hombre románico, por lo señalado, habitó en un mundo de ensueño en que los árboles que existían en el Paraíso, los ángeles que poblaban los cielos y los demonios del infierno eran más reales que cualquier objeto o cualquier persona de su vida diaria.  A pesar de que nunca vio realmente dichas criaturas, jamás dudo de su existencia.  Por ello, los monstruos cuyas características temibles fueron descritas en los bestiarios y que están representados en los manuscritos y esculturas, tenían para él una función moral y simbólica mucho más real que cualquier animal del reino natural.  Todas estas criaturas imaginarias existieron juntas en una especie de selva de la imaginación en que lo anormal fue lo normal y lo fabuloso se volvió lugar común.
Una vida con la orientación metafísica tan intensa y motivada por convicciones religiosas tan profundas, nunca hallaría sus modelos en el mundo natural.  Las proporciones fantásticas de la arquitectura románica, el tratamiento excéntrico y las deformaciones del cuerpo humano en su escultura, las enmarañadas iniciales elaboradas en las iluminaciones de manuscritos y los melismas floridos añadidos a las sílabas del canto fueron prueba de un rechazo del orden natural de cosas y su substitución por lo sobrenatural. El arte románico no buscó su inspiración en la naturaleza, sino en fuentes bizantinas, árabes y persas y aún más en los códices miniados.  Sin embargo, evoluciona hacia el naturalismo, y al final del siglo XII puede crear modelos expresivos y grandiosos

Juicio Final (Santa Fe en Conques).  Santa Fe es otra de las iglesias de la “Ruta de Peregrinos” y se encuentra en Conques, cerca del centro de Francia.  Fue construida en honor a una niña llamada Foy (Fe), a la que dieron muerte a los 9 años por sus creencias cristianas. En la Edad Media los relicarios eran muy comunes.  Los huesos, ropas u otros restos físicos de personas santas se guardaban en cajas o esculturas cubiertas de oro, paneles esmaltados y piedras preciosas.  Las reliquias de santa Fe fueron conservadas dentro de una figura sentada, que en cierto modo sintetiza por sí sola la historia de la orfebrería y la talla de gemas medieval. En medio de la fachada occidental hay una portada con un tímpano del Juicio Final que data aproximadamente del año 1140.   VER IMAGEN En el se ilustra la creencia de que en el día final Cristo regresará a la Tierra para juzgar a todas las almas que hayan existido, y mandará las buenas al cielo y las malas al infierno para toda la eternidad.  Cristo está serenamente sentado en el centro del tímpano, dentro de una mandorla tachonada de estrellas, y su forma ovalada y puntiaguda sugiere una aura de luz, que indica la santidad de la persona colocada en su interior.  Su mano derecho está alzada hacia el cielo y hacia las almas santificadas que tendrán en él su nueva morada.  Su mano izquierda señala hacia abajo, hacia el infierno, los condenados que allí van a ir.  En arte medieval es constante esta tendencia a relacionar el lado derecho (dexter, diestro) de una persona conel bien y su lado izquierdo (sinister, siniestro) con el mal.






San Clemente de Taul La iglesia fue consagrada el 10 de diciembre de 1123. Su planta de basílica con tres naves contrasta bastante el techo  de madera, construcción ya pasada de moda y sustituida en la época por la bóveda de piedra.. Es de planta basilical con tres naves, un abside y 2 absidiolos, más una torre exenta situada muy cerca de los ábsides. Las naves convergen ligeramente hacia la cabecera. La estructura del edificio es rústica, con la piedra de los muros sin tallar. Las naves están divididas por tres columnas cada una. Carecen de ventanas al exterior. Las columnas son cilíndricas, hechas de piedras amalgamadas. Estas columnas carecen de capiteles y en su lugar están rematadas con abacos muy sencillos sobre los que se asientan los arcos. Sobre los arcos se eleva el muro que tiene la suficiente altura para dar lugar a las dos vertientes del tejado.La cabecera está compuesta por un ábside central y dos laterales más pequeños (absidiolos). Los muros no tienen ornamentación alguna y solo se ven interrumpidos por los vanos de las puertas. La torre la torre campanario es cuadrada, alta y esbelta como todas las torres lombardas levantadas en el valle de Boí. Corresponde al grupo de torres contemporáneas de las italianas edificadas en el siglo XII, que se construyeron mucho más elegantes que las de la etapa anterior. Consta de cinco pisos asentados sobre un zócalo macizo bastante alto. En las cuatro caras de cada piso se repite la misma decoración y el mismo número de ventanas. En el zócalo hay una sola ventana más los cinco arquillos ciegos En el friso superior hay incrustaciones de cerámica y colorido distinto de la piedra. Todas las torres del valle de Boí siguen el canon (o proporción de medidas) de los minaretes, que consiste en que la altura es igual al perímetro.







Arte Gótico

Estilo artístico europeo con unos límites crono ógicos que oscilan entre aproximadamente el año 1140 y las primeras décadas del siglo XVI, según las áreas geográficas. Se desarrolló en el campo de la arquitectura civil y religiosa, la escultura, El término gótico fue empleado por primera vez por los tratadistas del renacimiento, en sentido peyorativo, para referirse al arte de la edad media, al que ellos consideraban inferior y bárbaro (godo, de ahí el término gótico) comparado con el arte clásico. En el siglo XIX se produjo una revalorización de este periodo debido a movimientos historicistas y románticos. El gótico apareció a continuación del románico  o largo de la baja edad media, y hoy día se considera uno de los momentos más importantes desde el punto de vista artístico en Europa.
Las plantas de los grandes edificios góticos no fueron muy diferentes de las de las grandes catedrales románicas (tres naves, transepto y cabecera con girola y capillas radiales. En el alzado se respetó la configuración de tres pisos superpuestos. Pero donde la arquitectura gótica es diferente a la románica es en el sistema de abovedamiento, ya que en el románico se emplean bóvedas de medio cañón sobre arquerías de medio punto que debían soportar inmensos esfuerzos, en colaboración de gruesos muros. El arquitecto románico -como el gótico- buscó también el carácter ascensional del templo y la luz, pero se vio atado por los recursos arquitectónicos de que disponía. En su lugar, prefirió centrarse en el orden y la regularidad de las formas para transmitir armonía. La arquitectura gótica se basó en el arco apuntado y la bóveda de crucería, y del arbotante.


El arco apuntado nació en el románico de Borgoña. La famosa abadía de Cluny III lo incorpora y es rápidamente difundido. El arco apuntado ejerce menos resistencia que el de medio punto al peso superior que soporta y su estilizada figura permite una estética ascensional que será explotada plenamente por el gótico. El segundo (primero en importancia) elemento esencial de la arquitectura gótica es la bóveda de crucería. Se puede afirmar que no hay artificio arquitectónico tan polémico, estudiado y analizado como la misteriosa bóveda de crucería gótica. El uso de bóvedas con nervios de refuerzo ya se usó en el mundo romano y posteriormente en la arquitectura musulmana y lombarda. Sin embargo, se considera que las primeras bóvedas que se pueden considerar precedentes de la futura gótica se desarrollaron en el mundo anglonormando (como por ejemplo, la Catedral de Durham y las iglesias de Caen). Desde entonces este sistema de abovedamiento transformó el románico y permitió el paso definitivo al mundo gótico puro. Se ha escrito mucho y de manera opuesta sobre la razón de tal invento.


Básicamente la bóveda de crucería es el resultado del cruce de dos bóvedas de cañón apuntado soportada por dos arcos cruceros diagonales. Para algunos autores -como Marcel Aubert- esta aclaración es primordial: la bóveda gótica no sería una bóveda "con" crucería (los nervios están embutidos en la bóveda y no soportan nada) sino una bóveda "sobre" crucería Pero aquí empieza la polémica. Para algunos autores y, sobre todo, para la corriente romántica del siglo XIX que idealiza el mundo medieval y su arquitectura, en especial el gótico, los arcos cruceros realmente soportan el total del peso de la bóveda que se cierne sobre ellos desplazando todo el peso -como cañerías que conducen el agua hasta el desagüe del suelo- a los cuatro puntos de arranque de los mismos. En un sentido literal, este sistema está basado en un equilibrio dinámico complejísimo que fallaría si cualquiera de los sillares estuviera mal colocado o, peor aún, si las dovelas de los arcos cruceros se desajustaran.


Para autores, como Paul Frankl, los arcos cruceros no serían otra cosa que la manera de adornar las aristas de unas bóvedas con irregularidades como consecuencia de tener que abovedar tramos no cuadrados o proyectadas desde arcos a desigual altura. En palabras de Bango Torviso, las ojivas son "cimbras monumentalizadas en piedra". Ello justificaría que en el gótico final se construyeran bóvedas de crucería más complejas y barrocas con nervios de diseño caprichoso alejados completamente de cualquier utilidad arquitectónica y sí meramente decorativa.
Posiblemente entre estos dos extremos esté la verdad. Lo que es claro es que, en conjunto, estas estructuras liberan de casi todo el peso a los muros perimetrales, localizándolo en cuatro puntos determinados. Esto permite desmaterializar el muro mediante grandes vanos o ventanales con tracerías caladas en las que se encastraron hermosísimas vidrieras coloreadas. Para reforzar los puntos de evacuación del peso se reforzaron los contrafuertes ya usados de manera continua en el románico y, sobre todo, se empleó el arbotante, verdadero arco de apuntalamiento que conduce el peso soportado por las zonas de sostén definitivamente hacia el exterior del edificio a través de un contrafuerte situado en el exterior coronado por un pináculo. Tan complejo sistema de esfuerzos y contrarrestos determina completamente el intrincado -y a veces abigarrado- aspecto exterior de las catedrales góticas, repletos de estribos, arbotantes y pináculos. No más sencillas son las fachadas principales. La típica fachada gótica se divide en tres cuerpos horizontales y tres secciones verticales o calles, donde se abren las tres portadas que se corresponden con las naves interiores. Las dos torres laterales forman parte del cuerpo de la fachada y se rematan frecuentemente por agujas o chapiteles. Por último, el gran rosetón calado, además de fuente de luz y color para el interior, supone un magnífico centro para la totalidad del conjunto.

Gótico temprano
Al gótico temprano no hay que confundirlo con los numerosos templos franceses y del resto de Europa de la primera mitad del siglo XII cuya planta y alzado es plenamente tardorrománico. En ocasiones a este estilo tardío románico con bóvedas de ojivas se le ha denominado "románico ojival" y está más relacionado con las construcciones cistercienses que con un verdadero espíritu gótico. Sin embargo, cuando un edificio es puramente gótico, con la intención de tener bóveda de crucería desde su origen, los soportes son "pilares compuestos" con columnas en las caras frontales y columnillas en las esquinas para apear los nervios. Además el edificio gótico debe tener añadida una coherencia general basada en la altura y el cromatismo de la luz, que no poseen los templos híbridos descritos.

Por ello se admite que el gótico nace en la Isla de Francia, concretamente en la girola de las iglesia abacial de Saint-Denis, panteón real cercano a París y construida a partir de 1137, donde las finas columnas que soportan las bóvedas de crucería sin muros divisorios entre las diferentes capillas crean un espacio continuo y dinámico que servirá de base para el desarrollo de esta nueva arquitectura. Tras los pasos de Saint-Denis siguió la construcción de uno de los templos más emblemáticos y conocidos de la arquitectura medieval europea: la catedral de Notre Dame de París -comenzada en 1163- donde se comienza a desmaterializar el muro y a buscar grandes alturas.
Después seguirían las catedrales de Laon y Noyon, donde se añade un cuarto piso (triforio) al tradicional sistema de arquerías, tribuna y claristorio. Otra característica de estos edificios góticos iniciales es el empleo de la bóveda sexpartita bastante abombada (las claves de las ojivas están más altas que las claves de arcos formeros y perpiaños) para asegurar mayor verticalidad a los empujes.


Gótico clásico
Ya dentro del período clásico del gótico, la catedral de Chartres -comenzada en 1194- vuelve al alzado de tres pisos (arquería, triforio y claristorio, habiendo sido eliminada la tribuna, invento románico para reforzar las bóvedas de la nave central), siendo el superior de enormes ventanales apuntados con rosetones, tréboles cuadrifolios, etc. Los sabios arbotantes de Chartres permiten eliminar el abombamiento de las bóvedas con lo que las claves de todos los arcos están al mismo nivel. Este periodo del gótico clásico culminó en la catedral de Reims (comenzada en 1210) y que sigue el esquema general de Chartres. Con sus equilibradas proporciones, Reims representa el momento clásico de serenidad y reposo en la evolución de las catedrales góticas. Amiens y Beauvais suponen el último peldaño de la gran arquitectura gótica francesa, donde la verticalidad y la luz -grandes anhelos del gótico- alcanzan su máximo esplendor. De entrada, el muro exterior del triforio del coro es calado por lo que también la nave es iluminada y coloreada mediante el piso intermedio. Las arquerías se elevan mediante arcos extremadamente apuntados y el claristorio se hace enormemente alto, comparable a la altura del piso de arcos formeros, con lo que la altura total de la bóveda alcanza los 50 metros en el caso de Beauvais.
Gótico radiante
En esta fase del gótico francés, la luz adquiere el total protagonismo ya que se desmaterializa el muro en detrimento de la altura para colocar vidrieras profusamente, en concreto, mediante rosetones (de aquí el nombre) o grandes vanos con tracerías caladas. La Sainte-Chapelle de París es el mejor ejemplo 



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